historia dos, fragmento tres

-¡Mariana! te estoy hablando, ya pon atención a la clase.

-Si profe, perdón -Le contesta la pobre chica sonrojada-, perdóneme.

El profesor continua la clase sin dar más reclamo a la chica, quien se tornó color jitomate cuando el expositor de clase le habló energicamente justo cuando estaba teniendo una fantasía. Se moría de vergüenza, "¡qué horror!" pensaba "ese tipo me cachó casi masturbándome en el salón".

Pasó el tiempo asi, con vergüenza cada que la miraba, hasta que se terminó la clase y pudo salir al encuentro de su chico, la causa de sus fantasias. Esperó y esperó todo el descanso, pero jamás apareció, triste y cabizbaja se metió de nueva cuenta al salón de clases, y a esperar a que las clases terminen de nuevo para ver si así podía mirarlo una vez más, y quizá seducirlo y llebarlo a algún lugar para...

Pasa el tiempo, transcurre lentamente. Gente pasando de un lado a otro se mira por la ventana de la puerta, pero de él, ni huella, ni rastro, nada. Termina la clase y sale disparada para atajarle en cuanto lo vea, recorre con la vista todo el resinto, cada salón, cada lugar. No lo encuentra. Mira a todos, tratando de buscar su rostro, ese rostro que tanto quiere. ¡No está!...

De pronto, la toman por detrás y le rodean la cintura, buscan su cuello y le da un beso acompañado de un mordisco suave. Ella lo goza, aunque no sepa ni quien es el que se lo da. cuando puede verlo, sus ojos se iluminan y se voltea para besarle en los labios, esos que tanto le encantan.

-¡Carlos!, ¿cómo estás? -le dice ella despues del beso- no te habia visto desde la mañana.

-Es que tenia mucho trabajo en las clases, pero ya estoy aqui, ¿cómo te fué?

- Bien, ¿y a ti?

-También, aun que los profes se manchen con las tareas - le dice y le toma de la sintura- acompáñame, por favor.

-¿A dónde bamos?

- Tú sigueme.

Se ban del lugar tomados de la cintura, platicando, riendo, y de cuando en cuando, besándose, tan apacionadamente como solo ellos dos. Se aman, y no lo pueden ocultar. Carlos y Mariana se conocen desde hace año y medio y lleban un año de novios, pero a escondidas del padre de ella, puesto que es un padre un tanto autoritario y estricto, y le proibe tajantemente tener novio, mas la edad y las sircunstancias le dicen que es tiempo, al fin, no puede estar toda la vida sin novio ni esperar hasta graduarse y tener un titulo en las manos para vida de que pueda andar con chicos. Eso seria convertirse en una quedada y vetarse de por vida con el género masculino, según ella. Se conocieron en la escuela y él es un año más grande que ella, ba en un semestre adelante y se la lleban bien desde que se conocieron, casi parece que son la pareja ideal, no se pelean en público ni muestran señales de disgusto, por lo menos entre la gente. Por el contrario, dan muestras de amor a más no poder y en ocaciones hasta de la lujuria que los distingue, pues piensan que es la solución a muchos problemas, "un buen revolcón hace olvidar las disputas que tenemos" comentan en ocaciones. Llegan a un local de regalos, que queda al lado de una florería, entran y se dirigen al vendedor.

-Señor, señor - dice Carlos tocando la vitrina- ya vengo por mi encargo

-¿Que encargaste, mi amor? ...

"to be continued"...